Hoy en día todas las personas manejamos imágenes digitales casi a diario. Fotografías que tomamos con nuestro smartphone o nuestra cámara digital, capturas de pantalla de nuestro escritorio o de una ventana, diagramas que podríamos crear para una presentación de diapositivas...
Aunque hay muchos formatos distintos y no todos los formatos son ideales para todos los tipos de imagen o para todos los contenidos: no es lo mismo un logotipo que una fotografía o que un documento escaneado. Por ello vamos a intentar poner algo más de luz sobre los formatos de imagen más habituales y qué formato deberíamos utilizar para cada tipo.
Con pérdida
Algunos de los formatos de imágenes que mencionaremos en este artículo hacen uso de compresión por pérdida. Lo que hacen es descartar cierta información que el programa consideraría "irrelevante"por ser "demasiado detalle" para el ojo humano. De ese modo se reduce el tamaño de los archivos, con una calidad razonable para ciertos tipos de imágenes.
¿Para qué tipos de imágenes son ideales estos formatos? Sobre todo para distribuir y almacenar fotografías, o imágenes con muchas texturas. Sin embargo no es un formato ideal para imágenes con muchas zonas con color plano, o muchos bordes (como por ejemplo, aquellas que tienen mucho texto, particularmente con tipografías delgadas). Cuando esta información se simplifica no da resultados tan buenos como cabría esperar.
JPEG
Es sin duda el formato más conocido por todos. Las fotografías que tomamos con nuestro teléfono se codifican con él, muchas de las imágenes de Internet también... Cuando hablamos de JPG todos sabemos a qué nos referimos.
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